Estuve envuelto en la pornografía desde los 10 y hasta los 36 años.

Estuve atrapado en la pornografía desde que tenía 10 y hasta los 36 años. Se desarrolló como una gran adicción luego de que descubriera la pornografía en Internet, lo consumía la mayoría de mi tiempo libre.

En lugar de satisfacer mis necesidades más profundas, me llevó a una miseria aún más profunda, a cadenas y aislamiento. Cuando tenía 19 años decidí dar de nuevo mi vida a Dios y experimenté un gran cambio en muchas áreas.

Desde esa entonces he tratado de conocer mejor a Dios y debido a esto he experimentado gran sanidad interna. Sin embargo, mi vida sexual siempre era un punto débil.

Muchas cosas han sucedido que me han ayudado a liberarme.

Primero, me dí cuenta de que las cosas no podían continuar de la misma manera. El siguiente paso fue traer todo a la luz.

Cuando confesé mi adicción a los líderes de mi iglesia y de mi grupo en casa, no fui curado pero muchos de los elementos destructivos fueron eliminados. Era importante ver la sexualidad bajo una luz positiva y entender que es un bello regalo. La clave principal para mí fue descubrir que lo que buscaba en la pornografía había sido proveído hace mucho tiempo por Dios.

La pornografía solamente incrementaba mi vacío interior y mi dolorosa y profunda necesidad de tener el corazón lleno, necesidades que muy pocas veces en la vida son suplidas.

Cuando experimenté que solamente Dios podía satisfacer esta profunda necesidad, y de una manera más duradera que cualquier otra, fui capaz de librarme de mis cadenas antiguas.

Una vez encontré “lo verdadero” fui finalmente liberado de la “copia” destructiva.

Ahora estoy experimentando un incremento en mi calidad de vida. Tengo un maravilloso presente, ya no siendo gobernado por mi sexualidad sino que siendo capaz de manejarla de una manera responsable.

Esto lo he logrado sin una dolorosa abstinencia, duchas frías o auto castración. Mantenerse libre es posible con la ayuda de Dios y un poco de disciplina. Cuando Dios llena nuestra alma ya no somos dependientes de muletas inútiles.

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